Numero 16
Yegua del sol
Leonardo Longhi

CARTA

Querida Yegua, desde estas
Planicies te cuento 
Que tu malograda poesía
No agota el índice 
De las desdichas.
Guardamos las guirnaldas
Y las luces para una fiesta acuñada
En la fiera pátina de los días.
¿Podrías haberte quedado 
En el pasto de los títeres
Hasta la próxima función? 
Por acá estamos todos
Refalando pero todavía 
Medio tibios, comemos liebres
Viejas y gatos aplastados,
El odio me consume, etcétera.

RELIQUIAS

Proyectas tu sombra
Roja en la pared.
Es una hermosa alfombra 
Lo que va más allá
Del horizonte.
Yo me sequé los ojos,
Con la tela de tu sexo
Aromático y bendito. 
Y estabas ya fuera del mundo
Y cantabas con tu voz de loca,
Y meneabas tus dolosas ancas
En las alturas y saltabas...
Me llevo
Tu canción de la felicidad
Un pan de ayer 
Una pierna con orejas de rata.

MAREAS

Un día de primavera
Cruzamos el puente viejo
Detrás de las canchitas.
No logramos conversar
Por culpa del viento y las mareas
Y además éramos jóvenes
Hasta el cansancio. Arrastramos 
Las alas entre la multitud
Y nos perdimos en el barro
De un bosque inventado
Al lado del mar.
Muchos años después
La noche hizo un hueco
Para proteger nuestros nombres
De la inercia del pasado.
¿Qué van a decir ahora 
Los falsificadores del Tao?

LIBERACIÓN

Ayer soñé 
Con tus negras crenchas ignoradas
Y un desayuno raudo bajo tilos.
Ardo para que estemos a tiempo
De entreverarnos alguna vez 
En un botecito errático 
A la deriva más allá del río y 
Los recreos...

¿QUÉ HACER?

¿Las nuevas industrias
Nacen de los recursos disponibles
O se hacen naturales a la fuerza?
¿Se llama conciencia
Eso que sopla en el desierto?
¿Somos el mensaje de los muertos por nacer
O nadie hace nada?
Está en vilo el mecanismo de los
Cielos, no lo dudes, apesta
El temor a la distancia.
¿Es cierto que somos animales
De una misteriosa clase 
en ciernes? ¿Alguien 
Nos aliviará 
De este pútrido pelaje?

DUAL

El amor tiene ese aroma
De rarefacción virtuosa.
No se puede saber
Si ahora que despertamos
De una orgía de siglos
Somos pecadores iluminados
Limpios de toda virtud
O nos arrastramos como zombis
Hacia la próxima masacre.

TÚNEL

Dicen que estamos en un túnel
De luz con la pirámide a lo lejos.
El zumbido no me deja 
Perder la razón. Me vine
Hasta la ventana una vez más
A ver pasar la multitud 
Desnuda. ¿Se puede educar el alma
Hasta que el hedor 
De los camiones llenos
De basura a las 3 de la mañana
Sea como una música
Que nos arranque para siempre 
Del insípido futuro?

FUEGO

Nos creemos libres
Mientras vamos recogiendo 
Los despojos de yertas crías sin dolor.
Tu alma de recelada madre 
Cala con las uñas cada vez 
Más hondo en la barbarie.
¿Algún día estaremos preparados
Para el fruto de tus pujos
Y el malón de tus entrañas?
En esta tierra negra
No hay nada que se encienda
Sin el fuego 
De una arremetida.

CAMBIO

¿Y si no cambia el viento?
La carrera de las nubes
Hacia el espejo de enero
Te hace abrir la ventana
Al anochecer que promete 
Sombras trepadoras, visiones
De la imaginación en suspenso.
¿Y si el viento cambia pero igual
La sangre baja por avenidas
Con árboles que se crispan
Dejando crecer sus garras
En las entrañas de los niños lobos
Y los lobos soplan pensamientos
Y el rebaño no sabe qué esperar, y espera?

TRAMPA

Aquel que siempre está del otro lado
De la madrugada esperando la caída
Del compañero.
Su estampa no hace sombra
Sobre el cuerpo del occiso, lame
Cada herida con la fruición del lobo.
La moralidad del mal en la maleza humana,
La sabiduría del mal en pulmón del diablo.
El aire se congela en un gemido taura
y el miserable trama sus vergüenzas sin chistar.
Se dice que le falta rostro humano, pero salva
Ese garrón evocando voces fatuas
Que se avienen a ejecutar caso por caso
La fatalidad de la parodia
¿Un invento de malas lenguas
Que no cejan en su gestión,
La fama del reptil entreverado entre los justos?
Cuando tascan los caballos con feroz quijada
Rueda el cielo a tus pies en la celada.

RASTRO

El campo cerca de la costa
Cuando se va borrando la tarde.
Cierro los ojos y pasan
Restos de generaciones perdidas. Casitas
Blancas de suburbios donde el verano
Reparte sus flores entre bodas y entierros.
La arena fría y el caballo abandonado
Tras los girasoles, la extensión del cielo
En sombras de nácar. No existe 
Un país para nosotros. Cada vez que salgo,
Feliz y cansado del mar, tu rastro se pierde
En imposibles horizontes tras las sierras.

CLAMOR

¿Qué clamor de orugas
Nos pone en el borde de un verano
Inhóspito? La fuerza justiciera 
Del agua se pierde en el celo 
De vivir. Los muertos flotan
En una pesadilla que corre
De casa en casa.
Tejemos nuestro testimonio 
De la ingravidez del mundo
Y al fruto del azar le ponemos nombres
Que copiamos de un antiguo calendario. Crece
El enjambre de las furias. Escuchen
El borboteo que viene
De jardines tras las rejas.

TELARAÑA

Vivo en la telaraña
De tu pelo negro.
Tu vientre me atrapa con la tibieza
De un lobezno. Nacemos 
Juntos y el poder que nos engendra
Es esta gota de luz
Que abre en dos la noche 
Y se multiplica en ráfagas
Como el agua entre los tilos.

VERANO

No sé qué hacer 
Con nuestras almas.
Las imagino en un balde 
De agua, puedo verlas
Flotar con sus colores
Y su gracia un poco tonta.
Parecen bombitas
Listas para explotar.

VUELTA

La cerrazón nos calma.
Cada vez que estamos por parir 
Alguna historia fuerte
Se abre la famosa llaga. 
Que eso no nos trunque
El anhelo de entreverarnos 
Con la horda entre los muros de la
Vieja urbe emputecida. 
Ahora bajo, mi querida, 
Te espero en la esquina
Con esta pobre lengua en llamas.
El arrepentimiento es inútil
Porque el amanecer 
No distingue muertos de enlutados.
Hay una divisa y un llamado.
Cuando la condición del viento
Agite el canto de los paraísos
De nuevo unos a otros 
Nos iremos montando
Sobre el lomo de una plaza
Hecha para el goce de
Estos secos cueros emperrados
En salir a tomar el sol.

Leonardo Longhi nació en la ciudad de Buenos Aires en 1968. Tiene dos libros de poesía publicados, Arenal (Eloísa Cartonera) y Polva (La Idea Fija). Textos de su autoría fueron publicados en la revista 74 Metros, en la Antología de Poetas Argentinos Noveles (en ocasión del Premio Edenor de Poesía Inédita organizado por la Fundación el Libro en 1996), en Diez Lecturas de Arlt (Premio Edenor de Ensayo 2000, organizado por la misma Fundación) y en Buenos Aires / Escala 1:1. También obtuvo una mención honorífica en el premio FATSA de Poesía 1997.