Luces, sombras y fantasmas
Luces, sombras y fantasmas
Saurio

A partir de Demons Dance Alone The Residents comienzan un proceso de corporización. Si bien esto es mucho más sutil en los discos siguientes, por primera vez empiezan a mostrarse las personas detrás de las máscaras. Para empezar, porque el álbum fue compuesto bajo la influencia de sentimientos reales y "en caliente" (el miedo y la confusión de la sociedad norteamericana —y mundial— luego del ataque a las Torres Gemelas), lo que ya rompe con el "distanciamiento" de la realidad de toda la obra previa, que si bien hacía comentarios sobre lo real lo hacía desde una torre de marfil. Además, musicalmente es el disco menos experimental y más "normal", como si la urgencia de lo que querían decir los llevó a grabar las canciones "desnudas". Pero, más que nada, esta corporización se nota en un tema incorporado al espectáculo de la gira, Life would be wonderful (en realidad, es una tercera versión del tema Mr Wonderful que sí aparece en el disco —la segunda, obviamente, es Mrs Wonderful, también exclusiva de la gira). En Life would be wonderful por primera vez The Residents son el sujeto de sus propias letras, ya que el cantante va enumerando cosas que serían maravillosas para la banda, desde tener un contrato con un sello importante o ganar un Grammy a que Snakefinger no hubiera muerto de un infarto, y finaliza con la narración de un encuentro con James Brown mientras ensayaban para un show, en el que el cantante le recuerda un encuentro previo, en 1965, cuando él, siendo adolescente, ayudó a Brown y a sus músicos a salir del pueblo (habían construido una autopista recientemente) y que, al separarse, él le dio la mano al joven. La narración termina con que James Brown no recordaba ese encuentro y el cantante de The Residents reflexionando "Para mí fue el momento más importante de mi vida, para él solo otro día más de una gira".
Curiosamente, en el cuadernillo de Demons Dance Alone hay un largo texto que pareciera apuntar en dirección contraria a esta "humanización" de The Residents, ya que se afirma que la banda no existe, que The Residents son un invento, una mentira, una ilusión. Pero si uno lo lee más atentamente el texto dice lo mismo: detrás de la máscara, detrás de la ilusión, hay una persona real que no es exactamente el personaje que uno conoce.

De todos modos, esta corporización tiene que esperar ocho años (de 2002 a 2010) para dar el siguiente paso. En el medio están el payaso Tweedles y el "Chico Conejo", del combo de serie de internet, álbum y espectáculo llamado The Bunny Boy, pero estos eran nuevamente personajes y no personas reales (incluso teniendo en cuenta de que los videos de The Bunny Boy no dejaban duda de que quien lo interpretaba era Homer Flynn con el pelo y la barba muy crecidos). Es recién cuando se presenta el espectáculo Talking Light que ocurre lo impensado: The Residents comienzan a tener nombre y personalidad.

En Talking Light accedemos al "living" de los Residents: hay una chimenea, un sofá, una televisión, una lámpara, adornos y tres tipos que se juntaron a hacer música. Uno de ellos, vestido con una salida de baño y pantuflas, se presenta como "Randy, el cantante de The Residents". Después nos hace conocer al resto de la banda, Chuck en teclados y Bob en guitarra. Falta el cuarto miembro, Carlos, el baterista, que dejó la banda para ir a cuidar a su madre a México.
Por supuesto, todo esto es una ficción, pero es una ficción que por primera vez tiene a una banda llamada "The Residents" como personajes. Y no solo eso sino que, además, comienza a utilizar elementos de la historia "real" de ellos para sus ficciones y que los personajes comienzan a convertirse en personas.
Como buenas personas que son, Randy y Chuck incursionan en las redes sociales, el primero con un blog en Tumblr y el segundo con un perfil en Facebook (en realidad dos, uno ya dado de baja) y Twitter (aunque inactivo desde 2012). También ocurre algo que pareciera contradecir toda la esencia de The Residents: ambos empiezan a tener carreras solistas (Randy con el show Sam's Enchanted Evening y Chuck con todos los discos de Charles Bobuck). ¿Y Bob? Bob permanece en silencio.
Lo interesante de todo este proceso en el que nos enteramos de la intimidad de The Residents y en el que comenzamos a verlos como personas es que produce una resignificación del anonimato y de la oscuridad de la banda. De ahora en más The Residents no son anónimos porque carecen de rostro y nombre sino que son anónimos porque sus rostros y nombres son obviamente falsos. Todo es, como ellos mismos lo dicen, un truco de magia, pero un truco de magia como lo hacen sus amigos Penn y Teller, en el que no se oculta cómo se hace el truco sino que la "magia" está en ver cómo la ilusión se mantiene a pesar de la revelación1.
Pero además de presentarnos por primera vez a "Los Residents con nombre" Talking Light nos los muestra hablando de algo que toca realmente de cerca a las personas detrás de los personajes, que es el envejecer. Anónimos o no, los años les pasaron igual que a todo el mundo y la inevitable conciencia del deterioro y la mortalidad están omnipresentes en las diversas narraciones que se mechan entre los viejos éxitos reversionados.
De todos modos, estas historias son historias que le suceden a otros personajes, narraciones en primera persona como las muchas que The Residents nos ofrecieron desde God in three persons por lo menos. Habría que esperar un par de años para que en Wonder of Weird, la segunda parte de lo que después se conocería como "la trilogía de Randy, Chuck y Bob" o, más terrenalmente, la gira por el cuarenta aniversario de la banda, para que las historias narradas traten acerca de los Residents. Algunas de estas historias son ciertas (o, al menos, parte del canon oficial de la banda) y otras, las que tienen a Randy como protagonista, demasiado dudosas (por ejemplo, que iba a ser la voz del burro de Shrek pero que Eddie Murphy le robó el trabajo o que tuvo una brevísima carrera como actor porno). Como sea, la narración le va dando identidad a los personajes: Chuck es un viejo homosexual que se fue al campo a criar gallinas, Bob es un misterio y Randy es un sexópata que acumula ex-esposas y fracasos.
Y con Shadowland, el show que trajeron a Argentina, se cierra la trilogía de Randy, Chuck y Bob y también una etapa importante de la existencia de The Residents ya que Charles Bobuck decide primero bajarse de la gira por problemas de salud (a los 70 años las exigencias de la vida roquera le estaban pasando la factura) y luego abandonar por completo la banda. Bobuck explica bastante bien sus motivos en el reportaje que acompaña este especial.
Shadowland vuelve a presentar el formato de Talking light, es decir, historias narradas en primera persona por personajes mechadas entre temas viejos reversionados hasta ser irreconocibles. La única participación de Randy es al comienzo, presentando la banda y evidenciando por primera vez el concepto de la trilogía (probablemente porque es la primera vez que se la referencia como trilogía): La vida en reversa. Talking Light trataba acerca de fantasmas y muerte, Wonder of Weird sobre la vida y el sexo y Shadowland sobre el nacimiento y la reencarnación.
Si aplicamos esta lectura "de atrás para adelante" a toda la trilogía vemos que, escénicamente, pasamos de las sombras y el no-lugar de Shadowland a una especie de jardín con decoraciones navideñas en Wonder of Weird y a la intimidad de un living en Talking Light y Randy va desde el "tradicional" rol no participante de The Residents previo a la trilogía hasta un demente paranoico que le tiene miedo a "la gente del espejo", pasando en el medio por un presentador que narra la historia "objetiva" de la banda en la primera parte de WoW para luego ir cayendo en un creciente colapso nervioso.
Y cuando ya nos habíamos acostumbrado a esta nueva idea de "anonimato con nombres", The Residents dan un nuevo volantazo y en 2017, coincidiendo con la aparición de The ghost of hope, el primer álbum de estudio desde The bunny boy (2008), Randy, Bob y Rico (el reemplazante de Chuck) desaparecen.
¿Los verdaderos Residents?
O casi, porque desde su blog Randy se queja de que lo dejaron afuera del disco y de la nueva formación de la banda, un cuarteto liderado por una vaca llamada Tyronne y tres personajes con bombín y máscaras de pájaro usadas por los médicos renacentistas durante las epidemias de plaga (Erkie, Eekie y Chacha). ¿Quiénes son estos nuevos personajes? No lo sabemos, su aparición es muy reciente y probablemente estén atados a un show específico (In between dreams). Seguramente no al disco The ghost of hope porque fue presentado por cuatro individuos anónimos con una austera máscara negra en forma de locomotora de vapor y gorrita a rayas.
Fantasmas en la máquina
Poco importa, en realidad. El sentido de la trilogía de Randy, Chuck y Bob era proveer una especie de cierre o contracara a la declaración de principios que fue el anonimato original. En lugar de ocultar a las personas detrás del arte, como hasta ahora venían haciendo, las pusieron al frente y nos demostraron que también estas eran una ficción, una construcción que hacemos, que las personas "reales" nunca son realmente perceptibles sino que todo es relato e interpretación.
Trenes en colisiónTangencialmente el nuevo disco, The ghost of hope, continúa este juego entre qué es lo real y qué es la construcción ficcional. Todas las canciones del álbum tratan sobre accidentes ferroviarios a fines del siglo XIX y principios del XX. Una buena parte de ellas están basadas en sucesos fácilmente comprobables online, realmente sucedieron, pero otros están en un área nebulosa. Podrían haber ocurrido,al fin y al cabo, no es extraño que un tren se lleve por delante a un auto, pero no hay manera de comprobarlo.
De todos modos el tema central del disco no es una reflexión sobre la posverdad2 sino acerca de la tecnología y de cómo la usamos. Tal como las notas incluídas en el librito dicen, los ferrocarriles estaban viviendo su época de esplendor a fines del siglo XIX y principios del XX, eran una tecnología que excitaba tanto a los tecnófilos como a los románticos, eran un triunfo del Progreso y la Revolución Industrial y a la vez permitían disfrutar por primera vez en la historia del placer de viajar largas distancias. Pero, a la vez, los accidentes ferroviarios eran demasiado frecuentes (y demasiado grotescos).La tecnología parecía estar progresando más rápido que la sociedad que debía controlarla, dicen, y se preguntan si no estará sucediendo lo mismo en la actualidad con la ingeniería genética, la inteligencia artificial y otros avances científicos y tecnológicos. No dan respuesta, obviamente3.
Fuera de estas consideraciones temáticas y focalizándonos solo en el aspecto musical The ghost of hope probablemente sea un disco-hito en la carrera de The Residents y no solo porque es el punto de inflexión entre un pasado con Bobuck y un futuro con nuevos integrantes sino porque es un muy buen disco, a la altura de Wormwood o Freak Show por lo menos (y, en ciertos "paisajes sonoros", a Eskimo). Hay una complejidad musical que no es aparente "a primera escucha" y que requiere de auriculares y cierta tranquilidad para apreciarla en su totalidad.
En cuanto a la parte cantada otras voces se suman a la del cantante habitual (¿deberemos seguir llamándolo Randy?). La más destacable es la de Peter Whitehead en Death Harvest, que logra unos niveles de delicadeza realmente bellos. Pero lo más notable es que muchas de las letras carecen de rima y casi de cualquier artificio "poético", relatando con un lenguaje bastante neutral el accidente ferroviario en cuestión. Más allá de la objetividad "periodística" de lo narrado lo interesante viene de la "incomodidad" de escuchar cantado un texto con un formato no muy adecuado para ser cantado.
Realmente, The ghost of hope es un muy buen disco de The Residents. Esperemos que los futuros discos mantengan este nivel de calidad o lo superen.

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1 - Por ejemplo, vean el clásico truco de las bolas bajo las copas en versión Penn & Teller:


O esta versión "gore" del truco de cortar una mujer a la mitad:

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2 - Aunque algo de eso hay, teniendo en cuenta que en la contratapa del álbum aparece un sellito que dice The Real Residents (Los Verdaderos Residents) pero que luego se pregunta Real? (¿Verdaderos?)
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3 - Una lectura en otro nivel podría hacernos preguntar si no estarán comparando la situación sociopolítica mundial (y en especial el ascenso de Trump a la presidencia de EE.UU.) con un tren desbocado que se encamina a un desastre inminente.
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Las fotos que ilustran esta nota están tomadas de diversas fuentes en internet aunque son, obviamente, fotos de difusión. No pude encontrar el nombre de los fotógrafos pero vaya el reconocimiento de que el copyright es de alguien.